EL NIÑO SOLDADO ES UN ARMA DE GUERRA MODERNA

Ciertamente Philipe Chapleau recuerda que la droga (en Liberia y Sierra Leona) y el alcohol (en la República Democrática del Congo), se utilizan como narcóticos para “poner a punto” a los niños soldados. Pero el autor insiste en el hecho que el niño soldado es “dócil” y “amoral”. Sacrilegio. Un tabú es un asunto cuya simple evocación adquiere la apariencia de una violación… Con la adicción al alcohol y las drogas no es extraño que pasen esas cosas…


Todavía más grave para los ejércitos occidentales y para las fuerzas de conservación de la paz es que, según los Cascos azules, el niño soldado es un arma que los incapacita para actuar: “No podemos contraatacar sin traicionar nuestra ética de cara a los chicos y chicas”; un terrible problema estratégico, filosófico y militar…

En Les anges cannibales (Ed. Le Rocher, 2004), el “general Mosquito” de Sierra Leona presentaba así al ejército más poderoso de África, los niños soldados: “¿En Liberia? ¡Hay quince mil! ¡Combaten a los dictadores en Angola, el Congo, Zaire, Somalia, en todos los frentes! ¿En África? ¡Son por lo menos ciento cincuenta mil!... Están por todas partes”. Pero la guerra, las guerras de rapiña, son máquinas de fabricar la miseria, la pobreza masiva absoluta: El subdesarrollo del Continente Negro…

0 comentarios: