Riddhi


La madre de Riddhi observó el rostro de su marido cuando entraba en casa. Llevaban mucho tiempo casados, compartiendo todo tipo de vivencias; las suficientes como para ver con nitidez en los ojos de su marido el reflejo de la paz y el amor que sentía tras el emotivo trance. Una sonrisa compartida fue el gesto con que afianzaron su unión ante el reto que les había regalado la vida.

El médico finalizó su labor introduciendo su escaso instrumental en la maleta, despidiéndose de ambos con un sentido abrazo.

La experiencia de su primer parto le había hecho sentir una extraña mezcla de miedo, dolor, felicidad y paz. Multitud de sensaciones surcaban como ráfagas su interior, sucediéndole al miedo inicial ante el inminente parto, el alivio y la alegría al observar al ser que había llevado dentro de sí. Y luego -al verlo ahí, vivo, como un ser humano-, una inefable sensación de gratitud y paz.

Cuando pudo observar a su hijo, sostenido por las manos del médico, aún con el cordón umbilical uniendo sus cuerpos, una emoción inefable la hizo irrumpir en lágrimas. Lágrimas que expresaban, en ese torbellino emocional, la rendición ante la belleza de la vida y el agradecimiento por haber podido dar a luz un niño. Sentía como si los ángeles le sonrieran en su corazón… Tras ver a su hijo separado de sí, vivo y sano, la tensión y el dolor se evaporaron en el instante en que se llenó su ser con la vivencia suprema del amor.

Y así vino al mundo Riddhi. Y así comenzó el camino que todos hemos de recorrer algún día hacia la más alta meta que el ser humano pueda llegar a aspirar; el camino que trazaste aun antes de haber nacido: aprender a amarte. Sólo así podrás dar tu amor a la vida. Sólo así sabrás quién eres. Sólo así te sentirás realmente vivo.


Fragmento " El viaje de Riddhi"

4 comentarios:

despe dijo...

lo maravilloso de ser mujer !!!! saludos despe

tashano dijo...

Hola Despe !!!! estoy muy perdida, en estos momentos me cuesta mucho sentarme delante del ordenador pero no te he olvidado!!!!!!.


Besitos........

Anónimo dijo...

¡que preciosidad!...me apetece leer el libro...
Vengo a saludarte...¿cómo estamos?

tashano dijo...

BREE,
Gracias por la visita...estamos como podemos días regularcillos ( que para mi son buenos) y días fatales, pero estamos.

El Libro una preciosidad, te gustara.

Un besazo.