SIMPLICIDAD


Cuando menos es poco y más es demasiado.

La simplicidad es muy importante como hábito mental permanente, como estilo de pensamiento. La tendencia actual de la tecnología, las humanidades, la técnica, y el diseño va hacia la reivindicación de lo simple. De hecho, la simplicidad se ha revelado como uno de los valores más apreciados por los consumidores, que encuentran en ella el equilibrio que ha perdido el mercado. Más allá de modas y estilos, la simplicidad pretende ser un modo de estar en el mundo opuesto a la confusión y el ruido. Simple no significa pobre. Es simple aquel diseño, aquel proceso, aquella forma de pensar y de comunicarnos nacida de la necesidad natural de resolver las cuestiones y encontrar sentido.

John Maeda, profesor de Artes y Ciencias de la Comunicación en el MIT y destacado diseñador, está promoviendo este concepto desde sus primeros trabajos. En 2004 fundó el programa SIMPLICITY al que se unieron grandes empresas y en 2006, escribió “Las leyes de la simplicidad”, un libro en el que plantea cómo favorecer la simplicidad en el diseño, la tecnología, los negocios y la vida. Maeda nos propone estas 10 leyes para aplicar y reflexionar:

1. Reducir. La manera más sencilla de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción razonada.
2. Organizar. La organización permite que un sistema complejo parezca más sencillo.
3. Tiempo. El ahorro de tiempo simplifica las cosas.
4. Aprendizaje. El conocimiento lo simplifica todo.
5. Diferencias. La simplicidad y la complejidad se necesitan entre sí.
6. Contexto. Lo que se encuentra en el límite de la simplicidad también es relevante.
7. Emoción. Es preferible que haya más emociones a que haya menos.
8. Confianza. Confiamos en la simplicidad.
9. Fracaso. En algunos casos nunca es posible alcanzar la simplicidad.
10. La única. La simplicidad consiste en quitar aquello que es obvio y añadir lo específico.

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